viernes, 21 de noviembre de 2014

Krill de Frog Tackle, haciéndome triunfador de una sesioncita.


Llegó la hora de preparar una sesión otoñal junto a mi compañero habitual Pablo y en esta ocasión se iban a animar dos personas más, Rubén y su abuelo. Rubén es un chabal de 13 años que se está iniciando en este mundillo, y al cual estamos enseñando como debería hacer todo el mundo en esto del Carpfishing. Este hobbie una de las cosas principales que tiene y que transmito a la gente que enseño es que entre los carperos hay que ayudarnos en todo lo que podamos y nunca criticarnos entre nosotros.

La táctica que ibamos a utilizar era cebar el viernes en cantidad con semilla en mayor proporción, el sábado en menor cantidad pero con cebos más selectivos y el domingo, que era el día de pesca, sólo utilizaríamos malla de pva y unas bolas lanzadas con el cobra encima de cada caña. El spomb iba a ser nuestro instrumento de cebado tanto el viernes como el sábado, ya que es una forma rápida y cómoda.
El puesto elegido tenía una profundidad entre 4 a 7 metros, lanzando las cañas pescando todas las profundidades.

El viernes cebamos con un mix de semillas compuesto de maíz y cañamon; y también con una buena tanda de bolas caseras solubles y normales.
El sábado realizamos un cebado más selectivo compuesto de pellets, bolas caseras y bolas comerciales.





Llegaba el ansiado domingo, llegábamos temprano al puesto y nos pusimos a montar. Rubén llegaría más tarde asi que tuve tiempo hasta para realizarle un montaje.

Debido a unos troncos que se encontraban a escasos metros de nuestro puesto y la presencia de nenúfares en la orilla nos dispusimos a colocar puentes de hilo trenzado de 0´40 mm en cada una de nuestras cañas.
Trípodes preparados, cañas listas para la acción y alarmas preparadas para sonar; ya sólo quedaba elegir los cebos.


Despúes de un rato dialogando decidimos poner lo siguiente: en las cañas de Pablo iría un blowback-rig con un boilie de 20 mm de C1 de sbs (esta bola siempre la encontraremos en sus cañas ya que es su favorita) y en la otra caña se decantó por un cebo vistoso tratándose de un pop up fluoro de senzor planet de sabor 1016 montado en un d-rig.
En mis cañas intentaría engañar a mis amigas las carpas con un cebo más natural tratándose de dos chufas remojadas en coco (casero) y un maíz artificial para dar más movilididad al montaje que en este caso era un blowback-rig. Mi segunda caña tendría un montaje simple, un rig normal compuesto con un boilie de 20 mm de Frog Tackle, sabor spice krill&squid, acompañado de un maíz artificial blanco.



Todo preparado y ¡cebos al agua! ¿cómo se daría la sesión?
El día nos estaba dando un buen tiempo y comenzaba a salir el sol, mientras esperábamos a Rubén le deje preparado un montaje simple con un pellet de 16 mm de bait tech, sabor cangrejo, junto a su malla de pva correspondiente.
Como no teníamos ya nada que hacer y empezaba a aparecer el aburrimiento pues pensamos en hacer algo para matar este estado emocional. ¿A qué no sabéis lo que hizimos?
Pues igual nos ponéis motes y todo...zipi&zape, pedro picapiedra...o cualquier otra cosa. Nuestro juego era ¡tirar piedras a una botella de plástico llena de agua!
Tocaba recoger piedras por el suelo y a picarnos como dos enanos jijiji
1-0, 1-1, 2-1, 2-2...... todo iba igualado hasta que el bruto de Pablo rompió la botella y nos tocaba buscar otra. Encontró otra por suerte y nuestra sorpresa fue que en el interior de la botella había un ratoncito muerto que se metería a dormir ahí y luego no pudo salir.
Continuó el juego hasta que vino Rubén y os preguntaréis, ¿cómo quedamos? ¡Va!, eso da igual porque lo importante fue que estuvimos entretenidos y lo pasamos bien.

Le montamos la única caña que trajo nuestro principiante Rubén y se la lanzé a una zona cerca de una de mis cañas.

Al poco de llegar, comenzó lo bueno... pipipipipipipipipipipipipipipipipipi ¡mi caña! ¡come on!
Menuda arrancada de nuestra amiga y comenzaba otra de las muchas batallas que había tenido en ese lugar. Se notaba un gran peso y arrancadas muy potentes al acercarse hacia la orilla. La estoy acercando y veo que se intenta meter a una zona de vegetación; lo primero pienso es que la tengo que forzar. Comienzo a forzarla y de repente se suelta.
Me dió rabia por una parte que es la de que se trataba de una buena carpa pero por otra parte me quedó con que prefiero perder una captura por forzarla envede de que se me escape por no forzarla y haberse metido a la vegetación.
La caña de la picada estaba echada en una profundidad de 4-5 metros y el cebo al que la engañe fue spice krill&squid de Frog Tackle.




La sesión transcurría y el calor empezaba a pegar con fuerza, buena señal porque odio el frío y las carpas se suelen activar. El abuelo de Rubén amenizaba la jornada contándonos unos graciosos chistes y unas buenas historias.
Era hora de comer asi que nos dispusimos a sacar la comida y a llenar todos bien la barriga; las carpas no comerían bien pero nosotros desde luego que si.
Al terminar de comer llegaba la segunda sorpresa del día, sonaba la misma melodía. Pipipipipipipipipipipipipipipi ¡mi misma caña otra vez! ¡come on!
Consigo clavarla y me propongo que la tengo que sacar si o si. La lucha es constante como es normal en este embalse, pero ya noto que la carpa es de menor tamaño que la anterior.


En la orilla me esperaba una carpa muy negada y con gran fuerza a pesar del trayecto de lucha que se había pegado ya. Me tiré un ratito para sacarla en la orilla pero al final lo conseguí.
Se trataba de una royal de 4´100 kg engañada con spice krill&squid, igual que la escapada anteriormente. Tocaba echarnos unas fotos y devolverla al agua como siempre.





Un bajón de temperatura nos fastidió la actividad de nuestras amigas y el frío se empezaba a notar en nuestros cuerpos también. Tocaba abrigarnos y rezar porque no nos llovería; que por suerte no cayó ni una gota.
Ya no tuvimos más picas y terminamos con dos picadas a mi misma caña. A mis compañeros ni una simple picadita pero bueno, asi es este deporte y el próximo día me puede tocar a mi.
Me llevo una gran experiencia vivida junto a buenas personas y una jornada de pesca muy divertida.

Sólo me queda dedicar esta sesión a Rubén y su abuelo; y decir que vayan pensando cuando volvemos a la orilla que por mi parte estaría encantado.
Saludos y un abrazo.

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